Entre las muchas leyendas urbanas existentes acerca de cómo iniciar una empresa, se encuentra la del plan de negocio en una servilleta. Ha alcanzado un éxito sólo comparable con el de su puesta en marcha en el garaje familiar.
Sin embargo, las cosas no funcionan así. Nadie puede garantizar que un plan de negocio va a funcionar con toda seguridad –saberlo sería el equivalente de conocer con anticipación el número premiado de la lotería- pero sí se pueden encontrar una serie de fallos recurrentes que garantizan que NO va a funcionar.
La ayuda de un mentor en la puesta en marcha de un negocio, por tanto, no va a garantizar el éxito pero sí garantizará que no se va a caer en errores ya conocidos, unas veces por mera ignorancia y otras por haberse cegado por el entusiasmo con el proyecto.
Después de ayudar en la preparación de muchos planes de negocio y en el análisis posterior, a veces post-mortem, de otros muchos, recopilé un conjunto de errores que se suelen cometer, que son perfectamente evitables y que reproduzco aquí
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