Experiencia, conocimientos, habilidades, madurez, resiliencia, una sólida red de contactos y trayectorias profesionales cuajadas de aprendizaje y experiencia, este es el valioso activo que el talento sénior está aportando a una sociedad cada vez más envejecida y activa.
Madrid 4 de diciembre de 2024
Sumidos en el torbellino tecnológico de este primer cuarto del siglo XXI e inmersos en la gran transformación digital, las sociedades occidentales nos enfrentamos al reto que supone la caída sin freno de la natalidad y el envejecimiento de la población. En el ojo de este huracán sociocultural y económico, se encuentran los profesionales sénior con edades avanzadas y en plenas facultades para ofrecer lo mejor de si mismos. Es evidente, para quienes nos encontramos en el mundo de los recursos humanos y el Management, que el talento sénior se está convirtiendo en la fuerza laboral destacable. De hecho, es imprescindible para mantener el tejido productivo de cualquier economía occidental y la competitividad de sus empresas. Como dato ilustrativo de esta realidad, en la última década, la población activa mayor de cincuenta y cinco años se ha incrementado en siete puntos porcentuales sobre el total y representan el 15% del total de profesionales en búsqueda activa de empleo.
El Consejo Económico y Social de Castilla y León y la Fundación General de la Universidad de Salamanca han elaborado el estudio “Economía de la longevidad en Castilla y León”, a partir del informe publicado en 2021 por Oxford Economics: “Investigating the Economics of Longevity in Spain”. Según dicho estudio, en los últimos 10 años el porcentaje de población mayor de 50 años ha aumentado del 39% al 44%, datos extrapolables en buena medida al resto del territorio español. Otros datos interesantes de este estudio son los relacionados con el porcentaje del empleo total por grupo de edad. Los trabajadores mayores de 65 años representan la mayor proporción de directores y gerentes (12%), así como de profesionales científicos e intelectuales (23%), representando las posiciones de mayor cualificación en el mercado laboral. Entre 55 y 59 años, el 4% de los trabajadores figuran como directores y gerentes, que es la siguiente mayor proporción.
A la vista de estos datos y otros resultantes de los múltiples estudios que se vienen realizando en los últimos años, como el “Libro Blanco del Talento Sénior” elaborado por las Fundaciones SERES y ADECO, entre otros, ha llegado el momento de enfrentarse a la temible pirámide poblacional invertida, como una oportunidad.
Más allá del mundo laboral y del sénior Management, liderado por el executive Interim Management, se están elaborando proyectos sociales y económicos vinculados a la denominada “economía de la longevidad” y sus muchos aspectos positivos. Es obvio que el aumento de la longevidad y el incremento de la buena salud inciden directamente en un aumento del consumo. Y no solo del ocio, que favorece especialmente a todas las vertientes derivadas del turismo, si no en todos los ordenes de la economía. Los profesionales sénior como activo productivo, suponen un sólido factor de crecimiento para la economía de cualquier país. Es imprescindible que los gestores públicos se tomen muy en serio esta situación y faciliten políticas orientadas a sacar el mayor partido de esta situación que es, a todas luces, irreversible. Según datos reciente el Centro Internacional del Envejecimiento (CENIE), se prevé que para el año 2050 la población mayor de 50 años supere los veintitrés millones de personas, lo que equivale a la mitad de la población española.