La función del interim manager para apoyar la transición generacional
Un protocolo Familiar es un proceso muy exigente en el que se trata de equilibrar las necesidades, intereses y circunstancias de todos y cada uno de los miembros de una familia empresaria con respecto a los demás miembros de la familia, a la empresa y a la propiedad de la misma.
Es un proceso largo, de hasta un año de duración que los miembros de la familia acometen con una mezcla de ansiedad, curiosidad, expectación y, sobre todo lealtad, y cristaliza en una serie de reglas o acuerdos que han de aplicarse en la construcción y el mantenimiento de esos equilibrios a los que me refería antes.
Pero, después de firmar el Protocolo ¿qué? …
Pero, después de llagar hasta ese punto, después de firmar el Protocolo ¿qué? … La sensación de anticlímax es muy habitual. Junto a esa sensación y poco a poco, la inercia, las viejas rutinas y las urgencias del día relegan al estante de arriba primero y al cajón de los recuerdos ese Protocolo que tanto tiempo y esfuerzo exigió de los miembros de la familia. La frustración ocasionada puede desbaratar todos los efectos positivos del Protocolo en sí, además de suponer una vacuna contra futuros consultores o colaboradores que además de caros no han ayudado en nada.
“ya lo hemos firmado y ahora qué…”
Y es que, aprovechar el impulso del “ya lo hemos firmado y ahora qué…” resulta imprescindible para sacarle el máximo partido al Protocolo realizado. Es en este punto cuando la colaboración de un interim manager resulta imprescindible. No es un consultor quién, por definición se centra en un problema concreto, propone soluciones y las documenta, tampoco un formador que transmite conocimientos, es todo eso y además acompaña los procesos de cambio imprescindibles para lograr los objetivos marcados por el consultor y para fijar los conocimientos transmitidos por el formador.
Interim manager, acompañante ideal en la transición generacional
El interim manager es una persona con una amplia experiencia en el campo de conocimiento concreto de su especialidad al tiempo que aporta su propia experiencia en la gestión de personas y de proyectos. Por eso, resulta el acompañante ideal para lograr el crecimiento imprescindible que debe darse para que un proceso de transición generacional se desarrolle. Es capaz de tener en cuenta y acompañar tanto el crecimiento y la profesionalización de la organización como el crecimiento y profesionalización de los miembros de la familia que trabajan en la empresa. Y todo ello de una manera flexible, enseñando haciendo y no diciendo como se hace y con periodos de más o menos implicación en la empresa y con las personas que la forman para ajustarse a sus ritmos y ciclos.
EPUNTO ha diseñado un producto específico, la dirección de transición que junto con unas modalidades de contratación extremadamente flexibles le permiten adaptarse a las necesidades de todas las empresas familiares, independientemente de su tamaño o sus circunstancias.
